" Yo no tomo DroGaS, mis SueNoS ya son lo SufiCienTementE EscaLofriAnteS "

domingo, noviembre 05, 2006

Los duendes del ascensor

Estoy con mi padre dentro de un ascensor que está subiendo. De pronto se para bruscamente. Intentamos salir de ahí pero no hay manera. Al cabo del rato alguien nos abre la puerta. Nos hemos quedado entre un piso y otro y solo hay un hueco pequeño por el cual podemos salir. Un hombre con aspecto sucio y demacrado nos tiende la mano para ayudarnos a salir. Una vez estamos fuera vemos a una mujer y 3 niños vestidos con harapos mirándonos con cara de lástima. No sabíamos donde estábamos, el sitio era como un piso sin terminar, todo ladrillo y vigas de cemento, pero con el techo muy bajito, a mi padre le venia justo poder estar erguido. Estaba lleno de polvo y restos de basura. Solamente estaba iluminado por una pequeña ventana que había a la derecha. Olía a alcantarilla. "No os asusteis, no vamos a haceros daño" nos dijo enseguida el hombre que nos acababa de sacar de allí, "vivímos aquí, entre piso y piso del edificio y nos encargamos del mantenimiento del ascensor". El hombre se puso a examinar el motor del ascensor y nos dijo preocupado que se había roto una pieza que era imprescindible. "Habrá que ir a buscarla nueva, en el puerto seguro que hay" y para nuestra sorpresa el edificio empezó a moverse. Nos asomamos a la ventana enseguida para cerciorarnos que era verdad. Y entonces lo vimos. ¡Nos movíamos sobre agua! Por muy grande que era el edificio su base no superaría el metro de anchura, y se deslizaba suavemente como por un tobogán de Aquarama. En realidad me recordaba más al Tutuki Splash de PortAventura, porque también había algunos desniveles que me daban hasta cosquillas en la barriga. Seguí el reguero con la vista y vi que se acercaba, como bien había dicho el hombre, al puerto pesquero, y que se introducía en un gran pavellón cuyo interior era totalmente oscuro. Hacia allí nos dirigíamos.